Caminar por las grietas de los cruces de los irreconciliables

Resumen

Los intersticios son campos minoritarios que, por su apertura, son capaces de opacar aquello que, aparentemente, se presenta con irreductible claridad. Como resultado de un matrimonio incompleto y desajustado [cuando menos dual] entre los signos/entidades que los originan, este intervalo puede desestabilizar y causar desorden en estas entidades y sus propios significados. Los intersticiales ofrecen una relación con guión: una unión y una separación simultáneas, un espaciamiento entre la identidad de la entidad y su otredad o alteridad. Uno y otro ya no pueden verse sin la grieta o fisura que ahora los separa, uniéndolos, por un lapso de espacio-tiempo. Esta fisura provoca desplazamientos ontológicos, semánticos, una ausencia entre uno y otro, uno con y contra el otro. A partir de una improbable aproximación entre algunos desplazamientos conceptuales y semánticos en la producción proyectual del arquitecto Rem Koolhaas y la producción textual del filósofo Jacques Derrida, este artículo cuestiona la noción de unidad, coherencia, afinidad y complementariedad en el proceso de construcción del pensamento desde estas fisuras ontológicas, epistemológicas y semiológicas que sacuden los signos/entidades y sus significados estables. Las fisuras en un pensamiento que se considera coherente, cohesionado, formateado son la negatividad que constituye los intersticios que nos permiten transitar hacia lo que aún permanece como no identidad, lo que nos permite comenzar otra historia.